(Publicada el 13/05/2020 en la revista Ctxt.es y en otros medios en varios países, y firmada por más de un millar de personas de 60 países dedicadas a la investigación, bajo el nombre colectivo de Degrowth New Roots Collective. El texto incide en la línea abierta previamente por otros manifiestos académicos publicados en Países Bajos y en Euskal Herria.)
La pandemia del coronavirus se ha llevado innumerables vidas y deja paso a un futuro incierto. Mientras las personas en primera línea del sistema de salud y del abastecimiento social básico están luchando contra la propagación del virus; cuidando las personas enfermas y manteniendo el funcionamiento de operaciones esenciales, una gran parte de la economía se ha estancado. Esta situación es paralizante y dolorosa para muchos, provocando miedo y ansiedad a aquellos que amamos y a las comunidades a las que pertenecemos. Aun así puede ser también un momento para que colectivamente aportemos e impulsemos nuevas ideas.La crisis desencadenada por el coronavirus ha puesto al descubierto muchas debilidades de nuestra economía capitalista obsesionada por el crecimiento como la inseguridad, sistemas de salud menoscabados por años de austeridad y la infravaloración de algunas de las profesiones más imprescindibles. Este sistema, basado en la explotación de las personas y de la naturaleza, es severamente propenso a sufrir crisis, que son de hecho consideradas normales. Aunque la economía mundial está produciendo mucho más que nunca, no se ocupa del cuidado de los seres humanos y del planeta; en su lugar la riqueza es acumulada y el planeta arrasado. Millones de niños mueren cada año por causas evitables, 820 millones de personas están desnutridas, la biodiversidad y los ecosistemas están siendo degradados, los gases de efecto invernadero continúan elevándose provocando un violento cambio climático antropogénico con aumento del nivel del mar, tormentas devastadoras e incendios incontrolables entre otros fenómenos.