Un lustro del manifiesto Última Llamada. Reflexión de Marga Mediavilla

A un lustro del Manifiesto Última Llamada: ni siquiera Pablo Iglesias lo ha llevado a Otra Vuelta de Tuerka

Marga Mediavilla

Marga Mediavilla. Foto: EQUO

Un lustro, cinco años, era el plazo que el manifiesto Última llamada decia que teníamos para “asentar un debate amplio y transversal sobre los límites del crecimiento”. El lustro ha pasado. Hoy los datos científicos son mucho más evidentes que hace cinco años, pero el debate “amplio” sigue sin llegar y, el poco que hay, está muy lejos de ser “transversal”.

Es cierto que el cambio climático ya es aceptado por amplias mayorías (con los veranos que caen, lo difícil es negarlo) pero la opinión pública se queda ahí, únicamente con ese problema. Todavía no ve que el cambio climático es uno más de los muchos límites al crecimiento y está todavía más lejos de pensar que el problema, realmente, es el crecimiento. La sociedad sigue sin hilar cabos, sin relacionar la crisis ecológica con la crisis económica, la crisis energética y la crisis bancaria. La “conciencia amplia y transversal” que los redactores y redactoras del manifiesto queríamos hacer llegar, sigue chocando con el muro de una sociedad que no tiene miradas amplias… quizá, simplemente, porque no quiere ver, no vaya a ser que comprenda lo que no quiere comprender.
No es extraño que el debate siga sin calar si ni siquiera los propios firmantes del manifiesto lo han llevado sus medios de comunicación. Este es el caso, por ejemplo, de Pablo Iglesias y Otra Vuelta de Tuerka que, sin ser un programa de televisión con audiencias millonarias, sí posee una influencia nada despreciable en la izquierda española. ¿Por qué Pablo Iglesias no ha invitado en estos cinco años a personas de talla más que suficiente como Jorge Riechamann, Antonio Turiel, Emilio Santiago Muiño, Florent Marcellesi, Yayo Herrero o Luis G. Reyes para explicar todo aquello que decía el Manifiesto Ultima Llamada?

La política sigue encerrada en su torre de marfil antropocéntrica. Enfrascada en discursos que consideran que las cosas de la ecología están muy bien, pero son algo inferior, antiguo, un poco infantil incluso: el “cuidado del jardín que no debemos descuidar porque nos gusta pasear por el bosque”. La izquierda, la derecha y el centro siguen sin considerar que eso que llamamos medio ambiente pueda afectar (y mucho) a la economía, la política o a la lucha de clases, los verdaderos asuntos de la sociedad humana.

Todo sigue viéndose por separado: la política para los políticos, la economía para los economistas, la ecología para los ecologistas. ¿Somos, quizá, nosotros y nosotras, promotores del manifiesto, los que nos equivocamos por pensar que todo está conectado y todo se realimenta? ¿Nos equivocamos al pensar que la biología que alimenta nuestros cuerpos y la energía que mueve nuestras máquinas es la base de todo eso que llamamos sociedad, política, economía o cultura? ¿Nos equivocamos al pensar que fue la crisis energética la que creó la crisis económica y esta empeoró la crisis política y agravó la crisis ecológica, lo que hace más difícil solucionar la crisis energética que causará, en breve, a su vez, una nueva crisis económica….?

Se cumplen cinco años

Se cumple un lustro desde la publicación del manifiesto «Última llamada», el 7 de julio de 2014.

Hace cinco años algunos sectores de científicos, investigadoras y activistas (ecologistas, decrecentistas, divulgadores del peak oil…), gravemente preocupados por el hecho de que las cuestiones ecológico-sociales (y en especial el choque de las sociedades industriales contra los límites biofísicos del planeta) estaban ausentes de la mayor parte de los debates de diversas familias de la izquierda, y ausentes de las preocupaciones generales de una sociedad que seguía (y sigue) entrampada en la crisis económica, el desempleo y los recortes sociales, lanzamos un grito de alerta en forma de manifiesto a través de algunos medios de comunicación e internet: puede encontrarse el texto en el blog donde luego organizamos una parte del debate que siguió. Michael Löwy opinó al respecto: “Última llamada es un documento excepcional, por la precisión del diagnóstico y la radicalidad de la alternativa. Para nosotros, ecosocialistas, es muy importante que exista un llamamiento de este tipo, capaz de reunir las varias sensibilidades de la ecología antisistémica” (comunicación personal, 9 de julio de 2014).

En el manifiesto advertíamos:

“A lo sumo tenemos un lustro para asentar un debate amplio y transversal sobre los límites del crecimiento, y para construir democráticamente alternativas ecológicas y energéticas que sean a la vez rigurosas y viables. Deberíamos ser capaces de ganar grandes mayorías para un cambio de modelo económico, energético, social y cultural. Además de combatir las injusticias originadas por el ejercicio de la dominación y la acumulación de riqueza, hablamos de un modelo que asuma la realidad, haga las paces con la naturaleza y posibilite la vida buena dentro de los límites ecológicos de la Tierra”.

Pasaron esos cinco años, y los avances por las vías que sugeríamos han sido por desgracia modestísimos. No se nos escapa la dificultad enorme que entraña lograr que la sociedad mire hacia ese abismo que tiene delante de los ojos, el abismo que nosotros evocamos en el manifiesto, y hacia el que en general nadie quiere mirar. Pero creemos que toca seguir intentando el ejercicio de lucidez que se opone al negacionismo de la cultura dominante (negacionismo que va mucho más allá de la cuestión de la crisis climática, y responde con denegación a todo lo que tiene que ver con los límites biofísicos del planeta Tierra), y por eso invitamos a las lectoras y lectores que en su día firmaron el manifiesto a aportar textos de análisis sobre el momento en que nos hallamos. Se agradecerán las reflexiones claras y sucintas, y publicaremos en el blog las que nos parezcan más importantes.

El grupo promotor del manifiesto «Última llamada».

Marga Mediavilla: Tiempo de descomponedores

Marga Mediavilla. Foto: EQUO

Marga Mediavilla. Foto: EQUO

(Publicado previamente en nuestro blog hermano en El Diario, en el blog del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, y en el blog de la autora.)

Es difícil no tener una sensación de desazón al contemplar la realidad política española y observar esta especie de estancamiento que se ha instalado en la vida colectiva. Últimamente parece que camináramos como quien se mueve por un camino completamente enfangado, teniendo que vencer una enorme resistencia para apenas avanzar. Las iniciativas políticas que estaban surgiendo hace unos pocos años con tanta fuerza apenas se han formado cuando ya empiezan a descomponerse en una multitud de siglas y controversias diversas. Procesos que llegaban a despertar antiguos miedos porque parecían explosivos, como las movilizaciones posteriores al 15M, el auge de Podemos y de Ciudadanos o el Procés catalán, se van frenando en cuestión de apenas meses hasta terminar enfangados en divisiones, debates y conflictos.
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Jennifer Hinton: Esta búsqueda incesante del crecimiento es lo que está llevando a Grecia a la autodestrucción

Jennifer Hinton

Jennifer Hinton

(Artículo publicado en The Guardian el día 07/07/2015 y traducido —con permiso de la autora— para la revista 15/15\15 por Manuel Casal Lodeiro, con la revisión de Xoán Ramón Doldán García.)

La contradicción del capitalismo consiste en que el crecimiento simplemente nutre a aquellos que ya son ricos. En su lugar, Grecia debería recuperar el dracma y mantener bajo control el ánimo de lucro.

El voto a favor del NO en Grecia ha dejado a todo el mundo preguntándose acerca de su auténticas implicaciones. Aunque el resumen del asunto nos dice que el NO ganó con el 61,3% de los votos, quizás no sea la apoteósica victoria que algunos han jaleado.

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Redibujando alternativas al capitalismo. Entrevista a Alberto Acosta

(Reproducimos entrevista de Carlos Benítez Trinidad y Mateo Aguado a uno de los principales ideólogos de la Revolución Ciudadana ecuatoriana, publicada en la revista Iberoamérica Social, bajo licencia Creative Commons.)

Foto-de-Alberto-AcostaAlberto Acosta (Quito, 1948) es economista y político. Tiene en su extenso haber el ser uno de los principales ideólogos de la Revolución Ciudadana, el movimiento político que condujo a Rafael Correa a la presidencia del Ecuador en 2006. Dentro del gobierno, fue Ministro de Energía y Minas primero y, posteriormente, el asambleísta constituyente más votado. Este hecho le abrió las puertas a ser el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, el órgano encargado de redactar la nueva constitución del país. Acosta renunció a este cargo en 2008 por diversos desencuentros tanto con el movimiento oficialista como con el propio presidente Correa. Desde fines de ese año, ejerce como profesor investigador en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO Ecuador). En 2013 fue candidato a la presidencia del Ecuador por la Unidad Plurinacional de las Izquierdas, una coalición de partidos políticos y movimientos sociales muy crítica con el actual gobierno.

Acosta, que procede de una familia tradicional y conservadora, estudió diez años en Alemania y, desde su regreso a Ecuador, ha estado muy comprometido con los movimientos sociales, sindicales y, sobre todo, indígenas. Entre sus obras recientes destacan La maldición de la abundancia y El Buen Vivir. Sumak Kawsay, una oportunidad para imaginar otros mundos.

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Richard Heinberg: Passat el pic

Richard HeinbergPer Richard Heinberg, originalment publicat el 31 de gener del 2015 pel Post Carbon Institute. Traducció: Quim (Oil Crash Observatory).

Fa gairebé 17 anys, el modern moviment del pic del petroli es va iniciar amb la publicació de “La fi del petroli barat“, escrit pels geòlegs de petroli Colin Campbell i Jean Laherrère en l’edició de març del 1998 de la revista Scientific American. Campbell va encunyar el terme “pic del petroli” per descriure el moment inevitable en què la indústria petroliera mundial arribaria al seu màxim històric de producció de petroli. A partir de llavors, la producció disminuiria a mesura que la qualitat general dels recursos disponibles s’anés deteriorant, i pels retorns decreixents de les inversions. Llevat que la societat hagués reduït dràsticament i de forma proactiva la seva dependència del petroli, el resultat seria una sèrie de sacsejades econòmiques que devastaria les societats industrials.
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Marga Mediavilla presenta el manifesto «Última llamada» hoy martes 10 de febrero en Burgos

Dentro del ciclo de «Reflexiones Ambientales», el Aula Paz y Desarrollo de la Universidad de Burgos promueve la tertulia “Manifiesto Última Llamada. Esto es más que una crisis económica y de régimen: es una crisis de civilización” a cargo de la Profesora de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid y miembros del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, Margarita Mediavilla Pascual.

La doctora Mediavilla Pascual argumenta que las ciudadanas y ciudadanos europeos, en su gran mayoría, asumen la idea de que la sociedad de consumo actual puede seguir creciendo como en décadas pasadas. “Pocos somos conscientes de que el nivel de producción y consumo se ha conseguido a costa de agotar los recursos naturales y energéticos, y de romper los equilibrios ecológicos de la Tierra, como reflejan las revistas científicas. En sus estudios, se prevé un estancamiento y posterior declive de la extracción mundial de petróleo en torno a 2020, a 2030 para el gas, y en torno a 2040 para el carbón”.

Por ello, esgrime, vamos a tener que realizar una gran transición hacia una sociedad que no dependa de los combustibles fósiles. Esta es la razón que ha llevado a una serie de investigadores, científicos y activistas a firmar el Manifiesto Última Llamada, en la creencia de que atravesamos una crisis que no es únicamente económica. Es una crisis energética, ecológica, económica, de cuidados, etc. Se trata, en definitiva, de una crisis de sostenibilidad que puede hacer que la civilización global colapse.

Datos del evento

  • Horario: Martes 10 de febrero de 2015 de las 18:30 hasta las 20:00
  • Lugar: Aula de Medio Ambiente de Caja de Burgos. Avda.del Arlanzón nº 4 Entrada libre

Fuente: Universidad de Burgos

El manifiesto «Última llamada» en portada del semanal Canarias Ahora

La declamación contra el colapso de la civilización

Portada del nº 71 de Canarias Ahora Semanal

El semanario digital Canarias Ahora Semanal ha dedicado su reportaje principal y su portada a nuestro manifiesto, en su nº 71 publicado el pasado 31 de octubre.

Bajo el título de «La declamación contra el colapso de la civilización» Fernando del Rosal explica la génesis y motivación del manifiesto y entrevista a algunos de sus promotores como Pedro Prieto y Mª Eugenia Rodríguez Palop. Última Llamada se presenta en el artículo como un manifiesto que se opone al desarrollismo sacralizado que conduce a nuestras sociedades al desastre y a la destrucción de los recursos del planeta y de sus ecosistemas.
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Respuesta de Turiel al artículo de Juan de Ortega «Ultimátum a la Tierra (II): Recursos para la economía global» (Politikon)

(Artículo de respuesta de Antonio Turiel a una reseña de nuestro manifiesto, anteriormente publicado en el blog de Turiel, The Oil Crash, el jueves 17 de julio.)

Queridos lectores,

Antonio Turiel. Imagen: TV3

Antonio Turiel. Imagen: TV3

Hace unos días la web Politikon publicó la segunda parte de su crítica al manifiesto «Última llamada«, titulada «Ultimátum a la Tierra (II): Recursos para la economía global«, firmada por Juan de Ortega. Como ven, es la segunda de tales críticas; pero la primera (firmada por Jorge San Miguel) es tan fácil de responder que no merece la pena dedicarle un post entero: baste decir que su argumento central es que «Última llamada» niega el progreso habido durante los dos últimos siglos, y que como ha habido un gran progreso material durante las últimas décadas sólo cabe esperar que siga por siempre. El razonamiento es tan infantil y poco substanciado que, como digo, no merece la pena extenderse mucho más con él. La segunda parte, de Juan de Ortega, tiene un poco más de contenido, ya que al menos se toma la molestia de examinar la sustancia de algunos de los problemas expuestos en «Última llamada», y tiene la honestidad de reconocer que el cambio climático puede ser un problema grave. Lo más llamativo del artículo de Juan de Ortega es que en muchos casos identifica correctamente el origen de muchos de los problemas que aquejan a nuestro mundo, pero le falta valentía o le sobran prejuicios para unir los puntos. Analicemos el texto con algo de detalle.
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Antonio Turiel: Una visión de «Última llamada» desde dentro.

(Este texto representa las visiones completamente personales y subjetivas del autor, sin que las haya consensuado ni consultado con el resto de promotores del manifiesto, y no representa por tanto la opinión del colectivo, si es que tal cosa existe)

Antonio Turiel. FOTO: Ara.cat

Antonio Turiel. FOTO: Perde Tordera para Ara.cat

Estos días ha habido un pequeño revuelo mediático (realmente pequeño; pocas personas en la calle habrán oído de él) con el manifiesto “Última llamada”, del cual yo consto como uno de sus redactores. Rápidamente se han producido miles de adhesiones al mismo, destacando dentro de la lista de primeros firmantes algunas figuras conocidas del activismo social y de la política, fundamentalmente desde posiciones más a la izquierda. Algunas asociaciones y colectivos se han sentido sorprendidos y en algunos casos ofendidos porque no se les haya hecho partícipes de esta iniciativa, pensando quizá que ha habido un sesgo intencional en la manera que se ha presentado. También se ha visto una pequeña aunque virulenta reacción en contra del manifiesto, capitaneado por ciertas personas anónimas que ya son habituales de los círculos de la negacionía del cambio climático, exigiendo que se aporten datos concretos para apoyar lo que consideran afirmaciones exageradas e infundadas del manifiesto. Por último, muchas de las personas que han apoyado con entusiasmo el manifiesto nos han pedido que articulemos propuestas para el futuro, que demos un paso más y expliquemos cómo se ha de construir esa sociedad futura que ha de reemplazar a la civilización actual, ya decadente y en riesgo de colapso; algunas personas van más allá y nos reprochan que apuntemos al problema sin aportar en el mismo momento las soluciones.
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