Toni Lodeiro: Momento de ilusión, motivos para la esperanza. El consumo consciente ante el ciclo político que viene

(Artículo de Toni Lodeiro, uno de los firmantes iniciales del manifiesto Última llamada, divulgador de consumo y estilos de vida transformadores —CRIC-revista Opciones/Opcions— y autor del libro —»Consumir menos, vivir mejor«—)

En primer lugar (las merecidísimas felicitaciones a l@s impulsores/as de «Última llamada» van al final) me gustaría resaltar que los cambios personales y colectivos hacia estilos de vida más sostenibles pueden tener sentido por sí mismos y aportarnos calidad de vida, salud, aprendizajes, nuevas relaciones… y la satisfacción de aportarle cierta coherencia y cierto sentido a nuestra cotidianeidad (de ahí lemas como «vivir mejor con menos», «consumir menos, vivir mejor» etc. que insisten en resaltar la «buena vida» asociada al decrecimiento). Y creo que esta carga de motivación e ilusión es clave para la buena acogida social de la propuesta. Bien, creo que para el éxito de cualquier propuesta es importante, ante todo, generar ilusión y esperanza de cambio para mejor.

Pero claro, los cambios personales y a pequeña escala son «necesarios pero no suficientes» para empujar un cambio social profundo. Hacen falta, por lo menos, dos dimensiones más (tranformaciones en lo comunitario y en las reglas del juego) para impulsar un cambio de modelo, y que éste que sea duradero y de calidad (los miembros del CRIC hemos publicado algunos artículos interesantes para profundizar en la relación cambios personales/iniciativas comunitarias/políticas públicas).

En lo personal y lo comunitario estamos consiguiendo muchos y buenos movimientos en los últimos años. Algunos ejemplos ilustrativos a nivel español son el crecimiento de la banca ética (Fiare ha alcanzado los 5 millones de € en capital social, Triodos supera ya los 150 mil clientes), la aparición de diferentes cooperativas de «energía verde» (Som energia supera ya l@s 15000 soci@s y contratos «de la luz»), el crecimiento de los grupos de consumo agroecológicos (sólo en Catalunya la cifra ronda las 150 iniciativas), el crecimiento de la economía solidaria…

Pero paralelamente al crecimiento de la conciencia ambiental y los procesos de cambio en cada vez más personas (me atrevería a decir millones de personas en nuestro país), y a la aparición y el crecimiento de iniciativas comunitarias ejemplares, asistimos a una grave degradación de las reglas del juego también a nivel ambiental, del que un ejemplo paradigmático son las diferentes y terribles reformas ministeriales en el sector eléctrico, a servicio del oligopolio de las grandes eléctricas.

Así como el objetivo de algunas de las nuevas iniciativas electorales ciudadanas post 15-M es convertir la indignación (ese 80% de respaldo social que las encuestas atribuyen al 15-M y sus reivindicaciones) en poder político, quiero felicitar a l@s promotores/as de «Última llamada» por vuestra iniciativa, que veo como un intento análogo, el de convertir la conciencia ambiental en compromisos políticos. Creo que el momento elegido ha sido muy inteligente y oportuno, ahora que las demandas de mayor calidad democrática y justicia social están consiguiendo cada vez más consenso social y mayores cotas de representación electoral. Y más estando como estamos a las puertas de unas elecciones (las municipales de 2015) que much@s esperamos que sitúen al frente de bastantes ayuntamientos a iniciativas ciudadanas que lideren un cambio de modelo. Celebro vuestro empuje por incluir «lo ambiental» en primera línea de debate y contribuir a que no quede desplazado por las (reales) urgencias sociales y democráticas que vivimos. ¡Felicidades, felicidades, felicidades!

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